viernes, 30 de noviembre de 2007

Todo...

Observa con atención, vuelve a fijar tu mirada y te sorprenderás. Lo que siempre pareció ser pedazos cayendo al vacío hoy son almas regocijantes de aprender a volar. Podrás ver también que te alcanzan paracaídas, algunos ya están ocupados, pero otros seguirán apareciendo. Es extraño como todo puede verse infinidad de veces y siempre existe esa última vez en que todo se contempla demasiado sencillo y demasiado bello, donde no se sabe si hay espacio para una sonrisa o para una lágrima.

Esta maldita mente no es nada sin un cuerpo, no hay aviso, sólo se toma un descanso burlón. Abandona. Basta esperar.

Te quiero, los quiero, así tan singular y totalmente plural, de uno en uno hasta formar un todo. Todo lo que es, todo lo que hay, es lo que siempre ha existido. Nada esperando que aparezca, pero sabiendo que el único todo es lo que permanece.