viernes, 30 de noviembre de 2007

Todo...

Observa con atención, vuelve a fijar tu mirada y te sorprenderás. Lo que siempre pareció ser pedazos cayendo al vacío hoy son almas regocijantes de aprender a volar. Podrás ver también que te alcanzan paracaídas, algunos ya están ocupados, pero otros seguirán apareciendo. Es extraño como todo puede verse infinidad de veces y siempre existe esa última vez en que todo se contempla demasiado sencillo y demasiado bello, donde no se sabe si hay espacio para una sonrisa o para una lágrima.

Esta maldita mente no es nada sin un cuerpo, no hay aviso, sólo se toma un descanso burlón. Abandona. Basta esperar.

Te quiero, los quiero, así tan singular y totalmente plural, de uno en uno hasta formar un todo. Todo lo que es, todo lo que hay, es lo que siempre ha existido. Nada esperando que aparezca, pero sabiendo que el único todo es lo que permanece.

viernes, 23 de noviembre de 2007

El sentido de todas las cosas...

Muchas veces tratamos de buscar el sentido de las cosas que no entendemos y de alguna manera concientemente comenzamos a trazar un camino que nos conduzca a encontrar ese significado. Es así como empezamos a prestar atención a todos los estímulos que se nos presentan en nuestro andar y procuramos evitar interferir en ese pequeño universo que comienza a aparecer. Actuamos de forma sigilosa para no transformar ni borrar nada. Todo debe mantenerse inmutable, natural. En cambio, en otras ocasiones y sin intención de encontrar algo, aparecen pequeñas puertas frente a nuestros ojos, puertas que inconscientemente abrimos y que nos ofrecen ver los momentos desde otra perspectiva. Es aquí donde se puede llegar a pensar que nada es coincidencia y que todo tiene una intención. El detenernos en una mañana de prisa y cruzar el umbral de una puerta que se nos presenta entre muchas otras puertas ya tiene un fin específico. El pasar hacia un mismo sitio y estar acompañado por determinadas personas también esconde un significado, que puede ser tan individual como tan colectivo y compartido. Luego vienen las palabras, porque el lograr escuchar una breve frase entre el murmullo de muchas voces que atravesaron esa misma puerta, nos hace convencernos que todo lo que encontramos en nuestro caminar está configurado dentro de un tiempo que es irrepetible y de un espacio suficiente para recolectar aquella infinidad de cosas contenedoras de todos los sentidos.

lunes, 19 de noviembre de 2007

Lo único y todo lo que somos...

Somos humanos, poseemos conciencia y tenemos la capacidad de sentir, pero a la vez somos animales, con necesidades e instintos que configuran nuestra forma básica de existencia, es decir, nuestra principal forma del ser. Ambas realidades son inseparables, se requieren mutuamente y son el motor que mueve la esencia vital de todo ser humano. Tendencias emocionales y animales se nutren la una a la otra. Es imposible negar o reprimir una de ellas. Ambas se reconocen, ambas se incorporan. Se aprende de esta dualidad y se vive de esta interrelación: emocionalidad y carnalidad, el sentir y el desear.

Ahora, un poema de Gioconda Belli, poeta nicaragüense:


RECORRIÉNDOTE

Quiero morder tu carne,
salada y fuerte,
empezar por tus brazos hermosos
como ramas de ceibo,
seguir por ese pecho con el que sueñan mis sueños
ese pecho-cueva donde se esconde mi cabeza
hurgando la ternura,
ese pecho que suena a tambores y vida continuada.
Quedarme allí un rato largo
enredando mis manos
en ese bosquecito de arbustos que te crece
suave y negro bajo mi piel desnuda
seguir después hacia tu ombligo
hacia ese centro donde te empieza el cosquilleo,
irte besando, mordiendo,
hasta llegar allí
a ese lugarcito
-apretado y secreto-
que se alegra ante mi presencia
que se adelanta a recibirme
y viene a mí
en toda su dureza de macho enardecido.
Bajar luego a tus piernas
firmes como tus convicciones guerrilleras,
esas piernas donde tu estatura se asienta
con las que vienes a mí
con las que me sostienes,
las que enredas en la noche entre las mías
blandas y femeninas.
Besar tus pies, amor,
que tanto tienen aun que recorrer sin mí
y volver a escalarte
hasta apretar tu boca con la mía,
hasta llenarme toda de tu saliva y tu aliento
hasta que entres en mí
con la fuerza de la marea
y me invadas con tu ir y venir
de mar furioso
y quedemos los dos tendidos y sudados
en la arena de las sábanas.

sábado, 17 de noviembre de 2007

De vigilias y sueños...

Dormir es una de las cosas más breves en mi vida diaria. Desde que tenía 6 años todos mis compañeros se quejaban de la obligación de tener que dormir a las 9 de la noche y para mi todo eso era demasiado lejano. Yo me dormía a las 11 o 12, ya que de alguna forma la noche me producía hiperactividad y creo que todavía es así. La lamentable diferencia, es que ahora las horas no me alcanzan ni siquiera mientras permanece el sol, por lo tanto mis rutinas toman parte de mi noche y mi espacio de hiperactividad se retrasa y posterga, pero nunca lo suficiente como para desaparecer. Dormir a las 2 y media de la mañana es suficiente para mi ocio, mis pensamientos, mis conversaciones existenciales con la única persona más existencial que yo y para todas las cosas que se puedan imaginar, pero no para mi cansancio, aunque a esta altura creo que ya me es amigable.
El soñar ya se me había olvidado. Nunca he tenido el privilegio de vivir un sueño como haciendo parir poesía. Creo que todos mis pensamientos en vigilia que intento hacer prosperar, se transforman luego en sueños necios y sin sentido. Esa es otra de mis grandes contradicciones, paso de las complicaciones en mi cabeza a las simplezas de una ensoñación. Anoche esos sueños regresaron, tan inconclusos como siempre y tan agradables. Imágenes conocidas, algunas para disfrutar, otras para olvidar. En el medio símbolos sin sentido, cosas demasiado cotidiana y al mismo tiempo totalmente lejanas, no utilizadas, ajenas, burlonas, quejumbrosas. Despierto confusamente, pero recuerdo. Esa sensación es sumamente agradable: sentir un mosaico de imágenes sin tiempo ni espacio, que me invitan a romper neuronas tratando de ordenar todo, no perdiendo el cuidado de no romper lo que en mi despierta totalmente frágil y enormemente disperso. Afuera, todo aparece. Esos símbolos, mis símbolos, esos que buscaba mientras soñaba, esos que buscaba confundida para nunca encontrar, aparecen, tan concretos, tan reales, que me hacen entrar en otra confusión. Ahora si que he extraviado el sentido, no entiendo por qué las cosas que vi están ahora ahí, frente a mi.
Eso es lo agradable de soñar: ganas una invitación a seguir con las ideas, pero ahora en vigilia nuevamente, transformándose de la simpleza de una noche a lo complicado e infructífero de un nuevo día con los rayos del sol montando en tu cabeza para alimentarte de pensamientos. Eso es lo que nunca desaparece, durmiendo o soñando, puedes dejar de sentirte vivo, dejar el sentir vital, pero las ideas, siempre regresan, siempre permanecen, creando o destruyendo, pero ahí están.

viernes, 16 de noviembre de 2007

Instantes...

Ojos sobre tus ojos, como tratando de observar de ti más de lo que estás dispuesto a revelar.

Boca anclada a tu boca, porque deseo morderme en tu aliento y respirar a través de ti, de mi, de los dos.

Tu sudor ya es mi sudor, lo robé de ti para hacerlo parte de mi.
Desnúdate de tus secretos y forma con ellos ese laberinto en el que me pierda para encontrarme hasta llegar junto a ti.

No dejes la puerta demasiado abierta, quizás quiera de vez en cuando jugar a lo complicado y mis intentos fallidos terminen divirtiéndome.

Ya no es placentero, es vital. Alimenta, nutre, otorga sobrevivencia.


Ahora simplemente cierra tus ojos, descansa tu boca. Te devuelvo lo que pueda. Algunos secretos te siguen perteneciendo, pero la mayoría de tus enigmas ya son parte de mi, más de lo que alguna vez lo fueron de ti. Lo que me resta se va contigo porque ya es algo que sólo tu puedes conservar, mientras que para mi sólo queda el recordar...

jueves, 15 de noviembre de 2007

Poco vale, pero es suficiente...

Si me ven caer no crean saber todo de mi, quizás en ese momento se den cuenta que en realidad sólo saben lo que están dispuestos a ver. Abundan las percepciones fáciles y manoseadas por todos. Los más cínicos hacen un esfuerzo por sonreír y no esperan esconderse para entrar en especulaciones baratas. Algunos sólo observan, pero no se molestan en ser disimulados. Otros muestran un desinterés que se agradece.
La minoría la encuentras en quienes menos esperabas. Esa minoría que vale, que te da un respiro. Te miran de lejos, así tan sutil y tan receptivo al mismo tiempo. No buscan atropellarte con preguntas curiosas, no te tocan la espalda y te invitan a hablar, sino que simplemente toman distancia, pero sin perderte de vista. Las horas pasan y en el momento en que más lo necesitas vuelven a aparecer. No hay aviso. No esperan entablar una conversación, no esperan escuchar lo que no estés dispuesta a expresar, sino que sólo aparecen para ti y te ofrecen sus palabras, pero sin esperar nada a cambio.
Finalmente, eso es lo que vale al final del día: sorprenderse por ver lo que algunas personas están dispuestas a hacer por ti. Esas personas que están cerca de forma silenciosa, sin hacerse notar, pero incondicionalmente.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

¿Cambiar? Sí, pero ya no es tu pregunta, es mi afirmación

Quiero cambios, pero no cambios externos que me descoloquen. No quiero tener que adaptarme al control que otros ejercen sobre mí, llámese personas, rarezas ambientales o voluntades ajenas. Si la rutina me lleva aceleradamente, quiero pasar sobre ella y ser yo quien conduzca mis propios cambios. Esos cambios los elijo y no permito sometimientos. Quiero disfrutar lo nuevo y no coartar mis posibilidades.

Los motivos me los guardo. Al fin y al cabo todo lo que en mi surge o se esfuma es asunto mío y de nadie más, y todo lo que puedo empezar lo comienzo sola y lo termino sola. ¿Soberbia? No, pura y simple realidad.

Y para dejar de esperar y comenzar a entender muchas cosas que valen la pena, dejo una canción...


Uno Tras Otro – Saiko

Pasan los meses juntos
Llega otro invierno
Y todo es igual
Uno tras otros
Persiguen rostros
Sólo una cara que mirar
Pasan las tardes
Llega la noche

Esperar nunca entender
Que somos muchos varios
Ejecutando el mismo plan

Pasan los años
Llega un bisiesto
Y a celebrar
Uno tras otros
Plaza de Armas
Lugares comunes que mirar
Hombres oscuros
Grises paredes
Esas ideas, crisis total

Esperar nunca entender
Que somos muchos varios
Ejecutando el mismo plan

Pasan las nubes
Llega la lluvia
Y nada es igual
Uno tras otros
Persiguen sueños
Y a despertar
Pasan las tardes
Llega la noche
Enamorarse
Siempre es mejor
Ya somos uno

Esperar nunca entender
Que somos muchos varios
Ejecutando el mismo plan
Esperar nunca entender
Que somos muchos varios
Ejecutando el mismo plan

Vida quiero hacerte, sólo mío
Dejar recuerdos en la noche
Que nada nos nuble al despertar
Vida quiero hacerte, sólo mío
Dejar los cuerpos en la noche
Que nada nos nuble al despertar

Esperar nunca entender
Que somos muchos varios
Ejecutando el mismo plan.

viernes, 2 de noviembre de 2007

Sorpresas...

Siempre es bueno sorprenderse con cosas que asegurábamos imposibles, y esas sorpresas pueden ser un llamado a no esperar siempre lo negativo de una situación incierta, sino al contrario, estar dispuesto a cambiar algunas convicciones con una actitud agradable y positiva. Quizás las sorpresas me ayuden a cumplir pequeños sueños que parecían quedar en el pasado y que ahora pueden transformarse en realidades bastante prometedoras. En fin, tal vez simplemente sea prudente esperar.

A pesar de lo esperanzador de las líneas anteriores, no puedo evitar el otro extremo, porque finalmente eso es la vida: una constante lucha para evitar los extremos e intentar llegar a un punto de equilibrio que nos permita evolucionar pero sin dejar atrás nuestra esencia.

Cayendo en uno de mis extremos, dejo ahora una canción bastante melancólica, para esos momentos en que nos sentimos caer y donde no sabemos cuán enteros podemos quedar después de estrellarnos...


Beck - Lost Cause

Your sorry eyes, they cut through bone.
They make it hard to leave you alone.
Leave you here wearin your wounds
Waving your guns at somebody new.

Baby you're a lost
Baby you're a lost
Baby you're a lost cause.

There's too many people you used to know
They see you coming they see you go.
They know your secrets and you know theirs
This town is crazy, but nobody cares.

Baby you're a lost
Baby you're a lost
Baby you're a lost cause.
I'm tired of fighting
I'm tired of fighting
Fighting for a lost cause

There's a place where you are going
You ain't never been before
There's no one laughing at your back now
No one standing at your door
Is that what you thought love was for?

Baby you're a lost
Baby you're a lost
Baby you're a lost cause
I'm tired of fighting
I'm tired of fighting
Fighting for a lost cause.

jueves, 1 de noviembre de 2007

Perderse...

Si me atrevo a desencadenar mis palabras, ¿es posible que suban para elevarse o tendré que correr hacia ellas para evitar su caída?

Las palabras parecen sobrar, necesitan desvanecerse para hacer nacer nuevos reflejos. Es tiempo de mudar de brillo, convertir los matices en transparencias para finalmente desaparecer.

Todo es incoloro, ante mis ojos nada parece existir. Creo que aún puedo percibir rastros de huellas, las huellas que quedaron al dejar libres las palabras, esas palabras que regresaron a mi cuando tuve que ir a recogerlas justo después de estrellarse.

Las palabras restantes parecen estar demasiado lejanas y elevadas. A pesar que intento alcanzarlas, mis dedos no consiguen traerlas de regreso y creo que ya es momento de contemplarlas con distancia, así tan lejanas y ajenas, tan esquivas y contrarias.

Tal vez, la próxima vez deba trazar un camino de regreso, un camino que me permita llegar hasta el cielo para recuperar lo que dejé volar. Un camino que paso a paso me permita traer de regreso lo que nunca debió ser liberado, porque nunca debió perderse...